martes, 1 de enero de 2013

Amor puro y cuántico


Sentir la naturaleza que somos y nuestra verdadera esencia nos permitirá dejar de preguntarnos muchos por qués de nuestra vida y el interés por un futuro.

La vida es un círculo, una espiral ascendente de evolución, lo que significa que cada vez que completamos un círculo no sólo estamos al final, sino al principio otra vez.

Todo se encuentra en nuestro interior, en nuestra esencia. Todo es ahora. Todo es presente. Nuestra presencia consciente en el día a día nos permite fluir por la vida y todo recobra el sentido perdido u olvidado a lo largo de los años.

El universo constantemente se ríe de nosotros, de la especie pensante, del ser humano que quiere controlar su entorno. Es necesario liberarse, tomar consciencia y entender que mediante nuestros deseos, pensamientos y emociones, somos capaces de crear y comprender al mismo tiempo. Aceptar que todo es como debe ser. En otras palabras, somos artistas expresando nuestras más profundas esencias de vida humana en un misterioso tejido cuántico. La experiencia del libre albedrío nos permite elegir el rumbo que toma nuestra obra. Podemos tanto crear como destruir la creación misma.

Cuando uno llega a un punto donde es capaz de aceptar lo que vivimos y nos olvidamos que somos divinos, todo se manifiesta de una manera nítida y clara, el mundo se vuelve mucho más gratificante y amoroso de lo que ha vivido durante su pasado. El presente toma el protagonismo de tu vida y la paz interior inunda nuestro ser. Todo tiene sentido. Todo está en perfecto orden.

Solo es necesario encontrar el sendero adecuado para llegar a la quietud, silencio, consciencia pura del amor que habita en uno. Sentir el verdadero ser que eres te llevará hacia tu realización. Tu corazón siempre te hablará claro y alto y sabrá guiarte hacia la felicidad eterna.

Aprender a gestionar las emociones básicas y universales nos convierte en personas competentes en nuestros entornos social, académico y laboral, nos proporciona herramientas para afrontar conflictos y situaciones adversas, nos acentúa la empatía y la comprensión por los demás y, en último término, favorece que construyamos un mundo más justo, pacífico, productivo y sostenible.

La trascendencia personal también se alimenta y fortalece de lo que construimos con otra persona y el amor es sin duda la energía mejor aliada de la creación.


El amor en su expresión última es  dar, sentir, ofrendar, recibir, estar en humildad, compartir, y estar en libertad.

La felicidad siempre está en la sala de espera, por lo que sabemos que lo que pensamos que va a suceder mañana, nuestro entusiasmo y deseo por lo que queremos que sea, será nuestro principal fuente de inspiración, pudiéndonos entregar tranquilidad y brindarnos constantemente una gran sonrisa interna. 

De mi parte solo necesitaré pensar en ti para crear en mi una sensación impagable de bienestar, de tener la fuerza necesaria para vivir con gran plenitud y autenticidad. Nada ni nadie podrá permitir que me olvide de quien soy, de quien quiero ser, donde tu persona está siempre conmigo, dentro de mi y aflora en cada uno de mis pensamientos y sentimientos.

La vida es sueño desde que naces hasta que te vas. Es muy difícil no sentirse maravillado por lo que ves y sientes en cada instante. He descubierto que la felicidad es vivir sin miedo y que hay que buscarla en el camino, no en la meta. Hoy se me confirma que la gestión emocional es la llave de la libertad. Es maravilloso sentirse libre, consciente que cuando cada pensamiento y sentimiento nacen desde el corazón, desde el más puro amor, se llega a un estado supremo de bienestar difícil de expresar con palabras. Es gracias a ti que soy capaz de amar con más intensidad, de sentir en mi una fuerza y plenitud inimaginables e infinitas. Gracias a ti soy quien soy ahora y tengo claro quien quiero ser mañana.

El agradecimiento por tenerte a mi lado, por tu presencia en mi persona, de esta forma, entremezclada, enredada, diversificada, donde acabamos siendo una sola materia, una sola energía, me inunda de alegría, me hace sentir el ser humano más afortunado, que con esta divina sensación conoce el significado de la palabra amor. Siempre seremos la perfecta unión, una sola vibración en esta sinfonía cuántica, donde constantemente nos movemos al ritmo del regocizo, la bonanza y la más primorosa prosperidad.

Siempre cuidaré de ti, física, emocional y espiritualmente. Te quiero infinitamente.